Historia - Vanguardias

En la segunda mitad del siglo XX, Canarias se convirtió en un hervidero creativo, un lugar donde la innovación artística floreció gracias a tres figuras que dejaron una marca imborrable en la historia del arte contemporáneo: Manolo Millares, Óscar Domínguez y Martín Chirino.

Manolo Millares, nacido en Las Palmas de Gran Canaria en 1926, fue una voz clave del informalismo español. Su obra, profundamente expresiva, fusionó la abstracción con elementos del arte guanche, utilizando materiales tan crudos como la arpillera, la arena y la tela metálica. Estas texturas no solo daban forma a sus pinturas, sino que transmitían una angustia existencial y una memoria histórica que impactaban a quien las contemplaba. Millares también fue uno de los fundadores del grupo El Paso, un colectivo que revolucionó la vanguardia española en la posguerra.

Por otro lado, Óscar Domínguez, natural de San Cristóbal de La Laguna, llevó el surrealismo canario a la escena internacional. Tras instalarse en París en 1927, se integró en el círculo de André Breton y aportó innovaciones técnicas como la decalcomanía, una técnica automática que influiría a artistas de renombre. Su obra mezcla símbolos de su infancia en Tenerife con imágenes oníricas y profundas emociones, explorando la metamorfosis con una sensibilidad única.

Finalmente, Martín Chirino, nacido en 1925, destacó como escultor del hierro, material que transformó en poderosas formas inspiradas en el movimiento y la naturaleza. Sus icónicas espirales, que simbolizan el viento y la energía creadora, son un emblema del arte contemporáneo canario. Como cofundador de El Paso y director del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), Chirino fue también un impulsor clave de la escena artística local.

Juntos, estos tres artistas no solo reinventaron el arte en Canarias, sino que colocaron al archipiélago en el mapa de la vanguardia mundial.